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lunes, 11 de mayo de 2009

España puede salir de la crisis

Fragmentos de la Entrevista a José María Aznar (El Mundo):

P.— Siempre están hablando de las dificultades venideras. Pero «a largo plazo todos estaremos muertos», según la frase de Keynes. Hay dos maneras de salir de la gran depresión, una la de Keynes, la otra no se ha inventado.

R.— Creo que todavía no estamos en una gran crisis, todavía no se puede calificar de gran depresión. O sí, probablemente en España estemos en una gran depresión, porque fabricar nueve de cada 10 desempleados de la Unión Europea es estar en una gran depresión. Habría que hacer reformas laborales.

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P.— En el libro dice que entre el 96 y el 2006 España fue el modelo de referencia. Dejó de ser de los denominados PIGS ¿Usted cree que el centro o la derecha tienen mejores recetas para la prosperidad que los socialdemócratas?

R.— No me cabe la menor duda. Ahí están los hechos. Yo recibí un país con un 23% de desempleo; un 7% de déficit; un 70% de deuda; un país sin esperanza. Y lo transformamos, entre todos, en el más próspero de la Historia de España. La herencia se ha dilapidado en cuatro años.

P.— Tiene usted que vender el libro y, por lo tanto, la pregunta es de libro también: ¿Volverá usted como McArthur?

R.— Yo no.

P.— ¿No?

R.— No, no. Hice lo que tenía que hacer, en el sentido de hacerlo cuando estuve y en el sentido de dejar de estar.

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P.— Habrá comprobado lo que dice la Historia de usted: habla mejor fuera de España que en España.

R.— Probablemente porque soy un ser de lejanías

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P.— Discúlpeme la frivolidad, pero hay ciertos parecidos y discursos paralelos entre Obama y Zapatero; como entre usted y Sarkozy.

R.— Yo no lo creo, sinceramente. Creo sencillamente que Sarkozy es un presidente brillante, como lo es Obama, y otros debieran haber aprendido más en estos 5 años.

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P.— Dice el Gobierno que no es el culpable de la crisis.

R.— De los factores internos de la crisis en España, hay dos, al menos, que son imputables a este Gobierno. Uno es el aumento desmesurado del gasto público y el otro es el aumento del endeudamiento exterior del país, que es difícilmente financiable. Eso ha estrangulado la economía española.

P.— Se están empezando a utilizar metáforas pavorosas, se habla de argentinización, de Alemania, en las vísperas del fascismo, ¿ve tan peligrosa la situación?

R.— Creo que hay que tomar para el país medidas muy importantes y eso sólo se puede hacer desde un gran acuerdo nacional que establezca un correcto diagnóstico de la situación, con un gobierno renovado que se sienta con la suficiente fuerza para hacerlo. Pero el país necesita tomar decisiones muy importantes. Si no las toma se equivocará. Creo que el irresponsable discurso de negar la crisis, de decir, por ejemplo, que aquí no hay que reformar el sistema de pensiones, es una profunda irresponsabilidad. Es más que un error político: está llevando al país literalmente a la ruina.

P.— En 2004, Newsweek le culpaba del milagro español, tan extraordinario, según ellos, como el de Alemania de la posguerra pero sin Plan Marshall. ¿Usted era el milagro?

R.— Hay mucha gente que se cree que el progreso está eternamente garantizado, que toda la vida es una fiesta. Eso no es así, las cosas se ganan y se pierden. Nosotros fuimos capaces de ganarlas. España pasó de ser un país semidesarrollado a uno de los más ricos del mundo. La gran responsabilidad de los actuales gobernantes es haber puesto en peligro esos grandes éxitos.

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P.— Ese negacionismo ha venido de su propio partido. Parece que les da miedo juntarse con usted, hasta el otro día, que se retrataron todos.

R.— Ése fue un gran gobierno. Sus miembros están orgullosos de haber pertenecido a él. Además, creo que tuvo éxito y estuvo refrendado por una mayoría absoluta. Fue un gobierno capaz de hacer, capaz de pactar, capaz de concentrar, capaz de impulsar, capaz de cumplir sus promesas. Realmente en España la experiencia se desprecia, ¿no? El país se apunta con demasiada rapidez a todo lo nuevo. Probablemente el haber llegado a ser ricos en corto espacio de tiempo nos hace tener ansia de disfrute, más que propensión a reflexionar.

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P.— Cuando no gustaba el sucesor se le mataba y fuera.

R.— Dejemos las cosas como están. Estoy convencido de que Rajoy será un buen presidente.

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P.- También dijo en la campaña del 96, en la que yo estuve, «el Partido Popular es incompatible con la corrupción». Hoy día tiene varios episodios de corrupción.

R.— El PP como tal es absolutamente incompatible con la corrupción. Pero no está formado por arcángeles. Está formado por personas que pueden tener algún fallo.

P.— Otra cosa de las que dice en el libro es que no es el momento de políticos con minúsculas, pero no hay Churchill, ni De Gaulle, ni González, ni siquiera Aznar

R.— España hoy necesita estadistas, gente con capacidad de tomar decisiones, tener cierto sentido del Estado. Las crisis pueden forjar grandes estadistas. También pueden forjar ratoncitos políticos.

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P.— Escribe usted que los líderes incurren en el populismo y en el buenismo. ¿A quién se refiere ?

R.— No se puede invitar a la gente a la irresponsabilidad. Y cuando desde un gobierno se alardea de la irresponsabilidad, pues se recogen las consecuencias. Una vez Jimmy Carter, que no es precisamente un gran presidente de los Estados Unidos, más bien lo contrario, contaba que le dijeron que tratara al Congreso como si fuera la legislatura de Georgia, y lo hizo. La consecuencia fue que el Congreso le trató a él como si fuera el gobernador de Georgia. Cuando no sabes cuál es el papel institucional que tienes que jugar, y se acaban los tiempos buenos, no aparecen los estadistas, aparecen los ratoncitos políticos.

P.— Usted repetía con Kipling que el barco es más valioso que la tripulación. Se refería al PP, no tan dividido como ahora.

R.— Me refería a España en todas las épocas. Ahora mismo eso me preocupa, evidentemente, porque una de las consecuencias de estos últimos años políticos es el debilitamiento del Estado. A nadie se le ocurre, teniendo un sistema de financiación autonómica aprobado por unanimidad, reabrirlo, a nadie se le ocurre reabrirlo en un momento de debilidad económica. Y a nadie se le puede ocurrir, salvo que no esté en sus cabales, el reconocer privilegios territoriales.

P.— ¿No cree que es eso mejor que la independencia de Cataluña?

R.— Creo que eso no va a evitar ningún proceso en el sentido que usted lo dice, sino en el contrario.

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P.— Tras la Depresión del 29 surgieron otras cosas: el fascismo, aquí la República, que en principio no era mala. ¿Pueden ocurrir catástrofes paralelas?

R.— No, si se evitan algunas cosas, como por ejemplo el proteccionismo, que fue lo que hundió al mundo en la Gran Depresión.

P.— El actual presidente dice que todo aquello que decía usted de que hemos salido del rincón de la Historia no era cierto, que Obama representa lo contrario.

R.— Estados Unidos es un país que tiene sus intereses muy claros. Hay ciertas cosas que no se permiten hacer. La primera equivocación que aquí se comete es convertir la relación con EE. UU. en un problema de política interna. Hay que mirar más allá de la comarca, del municipio en el que uno reside.

P.— No cree que Obama parece un ungido, rodeado de curas, con un lenguaje muy moralista; siempre está con «Dios salve a América».

R.— Eso es algo muy importante, no sólo en EE. UU., sino en otros muchos países, que en España estamos despreciando de una manera equivocada.

P.— ¿Puede usted hacer algo para que no nos expulsen del G-20? Le acusan de no colaborar en la política internacional?

R.— Todo lo que pueda hacer por España lo hago. Pero estoy acostumbrado a que me tilden de antipatriota por decir que viene la crisis.

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P.— No salieron bien ni sus compañeros de pupitre ni aquellos edecanes que tenía usted por Moncloa.

R.— A los jóvenes les ha ido muy bien a todos. Es una generación muy brillante, estoy muy orgulloso. No son perfectos, pero son buenos.


viernes, 13 de marzo de 2009

La corrupción como estrategia electoral

Podría hacerse una montaña rusa con el ciclo de noticias que envuelven al PP desde el pasado 9 de marzo de 2008, con inclinaciones de 60º, a la izquierda por supuesto, loops de infarto y unas pocas subidas muy esporádicas que no han llegado a proporcionar sosiego alguno a la cúpula de Génova y sí han, en cambio, acabado con caídas libres con giro, con más giro, con mucho más giro, girando libremente en torno al eje... Y, sin embargo, ahí está el PP. No se sabe bien cómo, pero ahí está después de todo, con la victoria de las elecciones gallegas y, presumiendo de ser decisivos en las Vascongadas. ¡Felices! O casi.

El PP de Rajoy no para. De recibir golpes, claro.

Se suponía que la legislatura pasada había sido la de la soledad del PP. La culpa de aquellos malosos de Acebes y Zaplana, siempre intrigando en la sombra para que Rajoy no fuera Mariano, ¡qué maldades! El PP de Ángel Acebes no se caracterizó precisamente por una unidad ideológica inquebrantable. Hubo de todo. Pero lo de ahora es mucho peor. Muchísimo peor.

Aunque, bueno. No todo es tan malo, los "tories" británicos le han dicho a Rajoy que no quieren saber nada del PP para las europeas, que su partido en España es AES. Así que, Mariano estará contento. Con el desplante de los británicos, igual entran en manadas los socialdemócratas en el PP... O algo...

Pero, en general, El PP de Rajoy no para. Ya titulé yo en febrero "Corrompe que algo queda" y, como si fuera premonitorio, así ha sido. Porque al final de toda la historia de corrupción, el llamado caso "cinturón" o "Correa", de una trama generalizada de corrupción, con un juez estrella includio, acabamos en un matrimonio bien avenido donde la mujer no se entera que el marido ha cambiado de coche...

Y al ir conociendo el camino que va transitando esta historia, uno acaba preguntándose de dónde viene. Supongo que lo lógico es pensar que del PSOE, o de PRISA... Pero, ¿realmente el adversario a batir para el PSOE es un tal Correa que se paseaba por los despachos de Génova en la época de Aznar?

Al final, a uno sólo le queda más remedio que tomárselo con humor. Y albergar la vana esperanza de que todo sea una estratagema electoral.

Como tras todas las corruptelas de la época González, el PSOE consiguió ganar las elecciones en 2004, y de nuevo en 2008... Como a pesar de los bermejos, garzones, los muflones y las villas psoe, aún hay gente que sigue votando al PSOE... Igual todo es un ardid del PP, en ese nuevo giro iniciado en 2008 hacia la socialdemocracia para ganar adeptos, y todo este espectáculo está calculado para que quede constancia de que en el PP también hay corrupción, y también olvido. Igual que en el momento de mayor explendor de González. Exactamente igual. Así que... Que vamos, que el PP está listo para volver a gobernar.

miércoles, 21 de enero de 2009

José María Aznar - Doctor Honoris Causa

[...]

La historia de España ha servido demasiadas veces para justificar el pesimismo. Permítanme que hoy acuda a nuestra Historia reciente para acreditar que juntos hemos vivido un largo periodo de confianza, de ambición compartida y de éxito en común. Creo que esta realidad vivida por las recientes generaciones de españoles debería servirnos para revitalizar la esperanza que debemos depositar en nosotros mismos. Lo necesitamos con urgencia.España ha vivido tres décadas de formidable transformación política, económica y social. Ha sido un periodo de éxito sostenido.La transformación fundamental fue construir entre todos un sistema democrático pleno y perfectamente homologable a cualquier país normal y avanzado.

Hubo una generación de españoles responsables que no dio la espalda a su historia y que logró pasar de la dictadura a la democracia; de la ruptura a los objetivos compartidos; del inmovilismo a un proyecto de futuro; del revanchismo al espíritu de concordia; y del afán de división a un afán común que integraba la diversidad.

[...]

Los españoles sólo hemos tenido un enemigo durante todos estos años: el terrorismo. Los terroristas han atacado al Estado, han atacado nuestra sociedad. Han atacado, en definitiva, nuestra libertad y nuestra democracia. Pero, a pesar del dolor y de la soledad con que hemos sufrido durante tantos años el terrorismo, conseguimos finalmente convencernos de que se le podía derrotar. Convencernos y convencer. La naturaleza del terrorismo exige su derrota porque niega violentamente el propio sistema democrático. Debemos derrotarlo para mantener nuestra libertad, para honrar la memoria y la dignidad de sus víctimas, y porque sin justicia no es posible la convivencia en democracia. Sabemos que no hay otro camino.

[...]

El 1 de enero de 1979 el presidente Suárez convocó nuestras primeras elecciones generales del periodo constitucional. Un anhelo que varias generaciones de españoles no habían podido ver cumplido se hizo finalmente realidad. Inauguramos un tiempo político nuevo.

El 1 de enero de 1989, el presidente González - que tres años antes había firmado el ingreso de España en la Comunidad Europea - asumió por primera vez en nuestra representación la presidencia europea. Nuestro país retornaba como uno más al concierto de las democracias europeas.

El 1 de enero de 1999 España se incorporó al euro. Pasamos a convertirnos en un motor de Europa como socio fundador de la moneda común. Ascendimos un peldaño más al alcanzar un objetivo nacional que toda la sociedad española vio como valioso y se esforzó por conseguir desde unas difíciles condiciones de partida.

Señoras y señores,

Sin embargo hoy, en enero de 2009, el relato tendría que variar. Quiero decir que, en mi opinión, el impulso modernizador que nos permitió obrar la mayor transformación de nuestra Historia se ha diluido.

Necesitamos recuperar una idea compartida de cómo queremos que sea nuestro país en el futuro.

Necesitamos recobrar el impulso cívico que nació del pacto de la Transición y que los españoles han venido renovando desde entonces.

Es preciso devolver el crédito al espíritu de concordia y el prestigio moral al consenso. Porque hemos pasado de reconocer la pluralidad a impugnar lo que nos une.


[...]

En suma, parece haberse impuesto un relato oficial que desacredita el Pacto de la Transición en beneficio de la radicalidad y de la ruptura, del revisionismo más estéril, y de la división de la sociedad española.

[...]

Estamos en el absurdo de pensar que mientras el todo se empobrece las partes pueden hacerse más ricas. En el absurdo de considerar que el único Estado aceptable es un Estado residual.

Pero sabemos que no es así. Sabemos que con un Estado débil perdemos todos.

Por la experiencia de los modelos de poder descentralizado que funcionan, sabemos que sólo un Estado sólido y bien dimensionado garantiza la cohesión y la igualdad.

La unidad no se opone a la diversidad, sino que la hace posible.

[...]

La primera lección que debemos extraer de la actual situación es la necesidad de prestigiar los valores básicos en los que se fundamenta una sociedad, dinámica y con ambición de futuro.

Son los valores del esfuerzo y la exigencia; del respeto y del reconocimiento de la autoridad; de la búsqueda de la excelencia y la retribución del mérito frente a la gratificación instantánea; de la igualdad frente a la fragmentación identitaria de la sociedad; de la honradez y el trabajo productivo frente al oportunismo y las trampas; de la responsabilidad personal en el desarrollo del proyecto vital de cada uno frente a la eterna adolescencia patrocinada por el Estado.

[...]