Lo que vivimos en España en estos días es para reír por no llorar, porque con el paro por la nubes, el inminente riesgo de deflación y un PSOE con más cara que espalda, uno espararía una oposición firme, dura, contundente, con brío, que sacase las castañas del fuego a la población y le diese un atisbo de esperanza. Pues no. De Esperanza sabemos que se anda peleando en la Asamblea de Madrid día sí y día también con el PSOE, que ha visto en ella el adversario a batir, aprovechando que la corrupción pasa por Madrid, para intentar despistar a la población y hacerle olvidar la crisis económica de dimensiones descomunales que tenemos a nuestro alrededor hundiendo el suelo bajo nuestros pies, con una tasa de paro que roza el 14% (ver INE). Ayer mismo, Dña Esperanza sacaba su artillería verbal, que unida a esa cara de buena de no haber roto un plato en su vida, hace que la izquierda la aborrezca para dar un repaso por el patio socialista. Y así estaba:
Así las cosas, cuando pintaba todo tan bien con una campaña para macharcar al PP que parecía marchar sola, va y salen a la luz los trapos sucios.
¿El cabreo de Zapatero? ¡Descomunal! Imagínense... Con la casa patas arriba y el Bermejo de cacería con Garzón. Que ya lo dijo Esperanza Aguirre: En cualquier otro país, el ministro habría dimitido y el juez se habría apartado del caso. Aquí, ni con esas. Ya oirán a los progres defender lo indefendible...
¿Y en el PP? Pues no se crean que está Rajoy precisamente contento. A lo mejor, hasta se libra de ésta sin más, pero va a ser difícil, porque con un PP que ya no tenía a buena parte de su electorado entusiasmado, precisamente; y con tramas de espionaje por aquí y de corrupción por allá, el ejercicio de dirección se resiente. A lo peor, con la que está lloviendo tiene que acabar dejando el cargo, porque en el PP afortunadamente hay afiliados decentes que denuncian las corruptelas. ¿Y a lo mejor? Pues no lo sé. Porque la noticia sobre un Camps que rehúsa investigar empresas sospechosas de evasión fiscal, la verdad sea dicha, no ayuda a calmar las aguas.
Y encima, para colmo de males, va el Pepiño y se anota un triple desde el banquillo. El tipo, que tiene una habilidad nunca antes imaginable para hacer campaña contra la oposición en cada frase que dice va y suelta la siguiente perla:
Por cierto que hoy mismo ha recusado el PP a Garzón, por "interés y enemistad manifiesta".
Pero, bueno. Tampoco atosiguemos, que esto de la corrupción va para largo. Parafraseando a Mingote: Si Zapatero no resuelve ni un problema, a ver porqué al PP le vamos a exigir que resuelva varios en un solo día. Y, la verdad es que tiene tantos que... Le van a ocupar muchos días...
Mientras tanto, un ex-ministro socialista hace lo que no ha hecho aún el que se autodenomina el principal partido de la oposición - aunque a mí ya hace tiempo que me parece que el título le viene grande - y pide la inmediata dimisión de Bermejo. ¡Ahí, con un par!
«Tomás Gómez (secretario general del PSM) ha dado un mitin desde el coche de la Policía municipal, por cierto, pagado desde la Comunidad de Madrid. Los socialistas gallegos, con dinero público, han enviado a unos socialistas a Argentina a pedir el voto, y está probado. El presidente del Gobierno usa un avión privado para irse un fin de semana de compras a Londres o a Berlín a escuchar a su mujer. Se utiliza un helicóptero del 112 porque a la señora (ex ministra de Vivienda María Antonia) Trujillo le ha picado una avispa».
Así las cosas, cuando pintaba todo tan bien con una campaña para macharcar al PP que parecía marchar sola, va y salen a la luz los trapos sucios.
¿El cabreo de Zapatero? ¡Descomunal! Imagínense... Con la casa patas arriba y el Bermejo de cacería con Garzón. Que ya lo dijo Esperanza Aguirre: En cualquier otro país, el ministro habría dimitido y el juez se habría apartado del caso. Aquí, ni con esas. Ya oirán a los progres defender lo indefendible...
¿Y en el PP? Pues no se crean que está Rajoy precisamente contento. A lo mejor, hasta se libra de ésta sin más, pero va a ser difícil, porque con un PP que ya no tenía a buena parte de su electorado entusiasmado, precisamente; y con tramas de espionaje por aquí y de corrupción por allá, el ejercicio de dirección se resiente. A lo peor, con la que está lloviendo tiene que acabar dejando el cargo, porque en el PP afortunadamente hay afiliados decentes que denuncian las corruptelas. ¿Y a lo mejor? Pues no lo sé. Porque la noticia sobre un Camps que rehúsa investigar empresas sospechosas de evasión fiscal, la verdad sea dicha, no ayuda a calmar las aguas.
Y encima, para colmo de males, va el Pepiño y se anota un triple desde el banquillo. El tipo, que tiene una habilidad nunca antes imaginable para hacer campaña contra la oposición en cada frase que dice va y suelta la siguiente perla:
"Los dossieres contra el PP los mueve alguien de la Ejecutiva de Rajoy"
El Confidencial.
Por cierto que hoy mismo ha recusado el PP a Garzón, por "interés y enemistad manifiesta".
Pero, bueno. Tampoco atosiguemos, que esto de la corrupción va para largo. Parafraseando a Mingote: Si Zapatero no resuelve ni un problema, a ver porqué al PP le vamos a exigir que resuelva varios en un solo día. Y, la verdad es que tiene tantos que... Le van a ocupar muchos días...
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