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lunes, 3 de noviembre de 2008

La Verdad Os Hará Libres (II)


Fue a finales del mes de Julio cuando escribí en este blog un artículo que se titulaba "La Verdad Os Hará Libres". Un post donde resumía la vital importancia de la búsqueda de la verdad y el nexo de esta búsqueda con el alcance de la libertad. Un nexo que, tal como decía en el artículo, establecía el origen mismo del liberalismo y la diferencia fundamental con el relativismo, que lejos de ser liberal es justamente el antagonismo del liberalismo.

En Túnez, José María Aznar ha sostenido un discurso contundente y claro que en esencia es la traslación al plano de la política internacional actual el contenido de mi artículo anterior:



[...] yo no creo en eso que se ha dado en llamar el choque de civilizaciones. Es más. Dudo de que
la palabra Civilización, al menos en la teoría y en la práctica políticas, pueda y deba usarse en plural. Más bien creo que la civilización es una, con distintas expresiones culturales, con diferentes experiencias históricas, bajo diversas creencias y raíces religiosas. Pero una única civilización.

Lo creo así porque, por encima de esas circunstancias históricas, culturales o religiosas, se pueden, y se deben, descubrir valores comunes deseables para todos. Se pueden y se deben descubrir porque existen. [...]
Dar por sentado que hay muchas civilizaciones, que da igual una que otra, que da lo mismo unos valores que otros, equivale a renunciar a la propia idea del bien. Como el bien no existe, se renuncia a trabajar en política con el objetivo de alcanzarlo. Esto lleva a mirar con arbitraria indiferencia crímenes que, por desgracia, han ensombrecido la historia de la Humanidad. Es la trampa del relativismo.
Frente al fundamentalismo y al relativismo, creo que lo que hay que reivindicar con fuerza es la civilización. Porque lo que de verdad nos une son unos mismos valores esenciales, que debemos mantener vigentes en toda circunstancia para no regresar a la barbarie.

[...]

Los que creemos que la vida y la dignidad de la persona son los bienes superiores, sabemos que hay que respetar al que es distinto, al que piensa diferente, al que tiene otras creencias. Esto, en política, se llama tolerancia.

Y la tolerancia tiene que estar plasmada en los ordenamientos jurídicos positivos. La tolerancia es, sin duda, un elemento clave de la civilización.

Respetar a las personas no significa compartir o asumir sus ideas. Es más, a veces habrá que combatir ideas perniciosas para evitar que acaben con la civilización.

En Europa tenemos la amarga experiencia de no haberlo hecho a tiempo a veces durante el siglo XX. El resultado fueron los horrores de Auschwitz y el Gulag.
Y por eso yo también creo, como cree D. José María, que hay que trabajar no por la Alianza de las Civilizaciones sino por una Alianza entre Civilizados.

jueves, 7 de agosto de 2008

Embryo: A Defense of Human Life


Embryo: A Defense of Human Life, escrito por Christopher Tollefsen y Robert P. George.

Christopher Tollefsen es profesor de filosofía.

Robert. P. George trabajó en la Comisión de Derecho Civiles de EE.UU. y fue académico de la Corte Suprema de los Estados Unidos y actualmente es miembro del Consejo de Bioética del Presidente de EE.UU y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. Es uno de los padres de la "Nueva Teoría de Derecho Natural".


"Embryo: A Defense of Human Life" es un libro lleno de argumentos en contra del uso inhumano de embriones. El libro pretende dejar al margen las cuestiones religiosas y ahondar en aquellas de índole científica y filosófica sobre las que construye un argumentario bastante sólido.

Este no es un libro dirigido a sectarios. Es un libro dirigido a personas con mentalidad abierta y predispuesta al análisis crítico de sus posicionamientos. Para aquellos que estén convencidos de que determinadas técnicas son contraproducentes desde un punto de vista religioso quizás pueda aportar cierta satisfacción de ver ampliado el círculo de sus motivos, pero poco más. Aquellos a los que su sectarismo predisponga en contra, probablemente rechazarán la idea de coger entre sus manos un libro como este. ¡No digamos leerlo!

El libro comienza contando la historia de un chico llamado Noah, nacido en enero de 2007. Fue rescatado, junto con otros embriones congelados, del desastre que sacudió Nueva Orleans en 2005. Se salvó la vida de Noah –una vida humana–, apuntaban George y Tollefsen, la misma vida que más tarde fue implantada en un útero y posteriormente nació.

El libro sostiene que hay tres puntos clave a tener en cuenta cuando se considera el estatus humano del embrión:

— Es distinto de cualquier otra célula de la madre o del padre.

— En su componente genético, es humano.

— Es un organismo completo, aunque inmaduro, y a no ser que la enfermedad o la violencia se lo impidan, se desarrollará hasta su etapa madura de ser humano.

Por consiguiente, destruir embriones humanos, incluso en una etapa temprana, para obtener células madre para investigación, es dar licencia para matar a cierta clase de seres humanos en beneficio de otros.

Oponerse a la destrucción de vida humana en sus etapas iniciales no tiene que ver con principios religiosos, ni con creer que la vida está revestida de un alma, añade el libro.

"Para ser un organismo humano", escriben, "una entidad debe poseer un programa de desarrollo (incluyendo tanto su ADN como sus factores epigenéticos) orientada hacia el desarrollo de un cerebro y sistema nervioso central." Dicho programa comienza en la concepción, por lo que ahí nace la persona.

(New York Times)

La razón filosófica es suficiente para guiarnos en la determinación de lo que es lícito hacer con los embriones humanos. En este sentido, defender los derechos del embrión es igual que defender a la gente contra la discriminación injusta, sostienen George y Tollefsen.

Por tanto, si un científico busca una cura para alguna enfermedad, pero el método utilizado destruye deliberadamente una vida humana, su acción no es lícita.

Uno de los capítulos del libro trata la objeción de que, aunque un embrión pueda ser humano, no es una persona y no tiene la misma dignidad y derechos. George y Tollefsen replican que tal punto de vista cae en el error de considerar que unos seres humanos son inferiores a los demás sobre la base de sus características accidentales.

Por tanto, debemos darnos cuenta de que una diferencia cuantitativa de capacidades no es el criterio correcto para determinar los derechos, puesto que sólo es una diferencia de grado. La verdadera diferencia está entre los seres humanos y los demás animales no humanos, una diferencia radical. Así, el embrión es un adulto en potencia en el mismo sentido en que lo son los bebés, los niños y los adolescentes.

Otro argumento falaz, dice el libro, es el que sostiene que los embriones no merecen un estatus moral pleno porque un alto porcentaje de ellos no logran implantarse en el vientre materno o mueren por aborto espontáneo.

La falsedad de este razonamiento es también evidente, apuntan George y Tollefsen, cuando se considera que, históricamente, la mortalidad infantil ha sido muy alta. En tal situación, el hecho de que muchos bebés mueran no vuelve ético el que se les quite la vida en beneficio de otros.

El libro va planteando así una serie de líneas de razonamiento de uso común entre los defensores del uso de embriones y respondiendo con argumentos científicos y filosóficos a las distintas cuestiones.

De una forma u otra, el argumento que subyace detrás de todas ellas es que “los seres humanos tienen un derecho moral a que no se les dé muerte de forma intencionada en beneficio de otros”.

Más información en: COPE.

El extracto del New York Times se corresponde con un artículo crítico con el libro.

sábado, 28 de junio de 2008

En Galicia: El Ché y la imposición del gallego.

En Galicia pasa de todo.

Pasa que el BNG haya abandonado su estrella roja para convertirla en azul.

Según dice Javier Dorado es una gran noticia porque parece que el BNG aspira a ser partido bisagra con el PP. ¡Toma ya! ¡Qué gran noticia! De ganar las elecciones en Galicia y quedarnos a un escaño de la absoluta, a aspirar a gobernar con el BNG como partido bisagra!!!!! ¡Qué pedazo de progreso el del PP gallego!

¡Quiero pensar que eso es sólo una opinión de Javier Dorado, y que el PPdeG no ha caído realmente en una estrategia tan lamentable y bochornosa!

Pasa que en el municipio de Oleiros, próximo al de La Coruña, le han hecho un monumento al Ché Guevara, que ha costado unos 180.000 euros...

Y pasa que la Universidad de la Coruña quiere imponer el uso del gallego a como dé lugar, sin importarle lo más mínimo las libertades individuales, ni la Constitución ni el propio Estatuto Gallego, según los propios docentes denuncian:

La rebaja de un 4,5% de la carga docente a aquellos profesores de la Universidade da Coruña que dejen de impartir sus clases en castellano para darlas en gallego o inglés...

Los profesores universitarios piden en el escrito que modifique la iniciativa recogida en el plan de organización docente (POD), «ya que su aplicación supone discriminación con respecto a la otra lengua cooficial de Galicia, tal y como se postula en el artículo cinco del Estatuto de Galicia, apartado cuatro: "Nadie podrá ser discriminado por razón de lengua", y apartado dos: "Los idiomas gallego y castellano son oficiales en Galicia y todos tienen el derecho de conocerlos y usarlos"», explica el documento.

«Están creando con el idioma un problema que no hay. ¿Qué les parecería, por ejemplo, que como profesor diera un punto a aquellos alumnos que hagan el examen en gallego?»

Fuente: La Voz de Galicia