La prensa gallega cada día que pasa retrata una Galicia más cercana a la Cataluña del fanatismo independentista. Si hace unos días en "La Junta de Galicia tras los pasos del paraíso catalán" nos encontrábamos con un desolador panorama de persecución del castellano, hoy - ni una semana más tarde, cambio de año por medio (ni propósitos de año nuevo ni nada) - no nos encontramos mejores noticias.
En primer lugar podemos asistir a un ejemplo más de presunta irregularidad urbanística. Esta vez ha sido en el Ayuntamiento de Foz donde un inmueble ha sido demolido para levantar un hotel. Un inmueble propiedad del Alcalde. Nos lo cuenta La Voz de Galicia:
En Vigo, podemos encontrar nuevas posibles irregularidades, en este caso a cargo del BNG, según denuncia el PP:
La siguiente noticia nos recuerda una vez más que el nacional-socialismo es igual en todas partes. Sea Cataluña o sea Galicia: Ingenieros de la Xunta dicen que contratar a dedo a inexpertos agravó los incendios. La noticia es de por sí suficiente para despertar el estado de alerta en cualquier ciudadano con un mínimo de sentido crítico:
Y a pesar de todo seguirá sin haber un "nunca máis" contra la gestión del ejecutivo gallego en el tema de los incendios.
Supongo que no me sorprende en absoluto nada de todo lo anterior. Aunque, no por ello dejo de sentir una honda tristeza por Galicia, porque sumado esto al post anterior el panorama pinta muy mal en el noroeste español que cada día que pasa sigue el camino de las baldosas amarillas hacia el fanatismo que ya inunda Cataluña.
Por cierto, que según me han contado en estos días, el Carmel sigue siendo asignatura pendiente. ¿Pero ustedes ven que nadie proteste? Igual que en Galicia, donde ya pueden arder los montes todos que nadie va a decir nada...
En primer lugar podemos asistir a un ejemplo más de presunta irregularidad urbanística. Esta vez ha sido en el Ayuntamiento de Foz donde un inmueble ha sido demolido para levantar un hotel. Un inmueble propiedad del Alcalde. Nos lo cuenta La Voz de Galicia:
Tres de las licencias concedidas en el Concello de Foz sin que los proyectos contasen con los informes jurídicos que elabora el departamento de secretaría corresponden a un edificio propiedad del alcalde, el socialista José María García Rivera, y de su familia directa, su mujer y sus dos hijos. Los tres últimos constituyeron a finales del año 2005 la Sociedad Isla Nova-Hotel, sumándose después el regidor, con la intención de demoler un viejo inmueble que había heredado de su familia para levantar un hotel.
En Vigo, podemos encontrar nuevas posibles irregularidades, en este caso a cargo del BNG, según denuncia el PP:
El Grupo Popular solicitó ayer la comparecencia de la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, para que explique la actuación de su departamento en la adjudicación de la construcción de 192 viviendas protegidas en una parcela del polígono de Navia, en Vigo. El PPdeG señala que la cooperativa Nova Navia y UGT denunciaron irregularidades en el proceso de adjudicación. La «sospeita» de que Vivenda efectuó la adjudicación a una cooperativa en la que colaboran familiares directos de dos cargos del BNG reviste «gravidade extrema», según la popular Pilar Rojo.
La siguiente noticia nos recuerda una vez más que el nacional-socialismo es igual en todas partes. Sea Cataluña o sea Galicia: Ingenieros de la Xunta dicen que contratar a dedo a inexpertos agravó los incendios. La noticia es de por sí suficiente para despertar el estado de alerta en cualquier ciudadano con un mínimo de sentido crítico:
La Asociación Profesional de Enxeñeiros Técnicos de la Xunta considera que el bipartito, aunque no modificó el operativo de incendios de Fraga, nombró a dedo a todos los miembros de libre designación y a asesores «en algunos casos sin experiencia en extinción adecuada». A su juicio, las conclusiones de la comisión de incendios «se comentan por sí solas» cuando exculpan al Gobierno gallego. Entienden que faltaron personas con experiencia al frente del operativo y que hubo improvisación.
Y a pesar de todo seguirá sin haber un "nunca máis" contra la gestión del ejecutivo gallego en el tema de los incendios.
Supongo que no me sorprende en absoluto nada de todo lo anterior. Aunque, no por ello dejo de sentir una honda tristeza por Galicia, porque sumado esto al post anterior el panorama pinta muy mal en el noroeste español que cada día que pasa sigue el camino de las baldosas amarillas hacia el fanatismo que ya inunda Cataluña.
Por cierto, que según me han contado en estos días, el Carmel sigue siendo asignatura pendiente. ¿Pero ustedes ven que nadie proteste? Igual que en Galicia, donde ya pueden arder los montes todos que nadie va a decir nada...
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