Joaquín Leguina se ha levantado meadito de la cama. ¿Por qué será que no me sorprende?
El que fue el primer Presidente de la C.A. de Madrid, al que precisamente derrotó Alberto Ruíz Gallardón, ha hecho unas declaraciones más que incendiarias sobre su propio partido este fin de semana con la ocasión del 37º Congreso del Partido Socialista. Entre otras, hablando del Estatuto de Cataluña y dijo sobre el Tribunal Constitucional:
"Van a tener que tomar una decisión y ojalá no fueran éstos que están ahora, porque he visto sentencias del Constitucional que dan vergüienza, como la del Código Penal sobre penas diferentes según el sexo, y ¡lo han constitucionalizado! A mi me da vergüenza".
Y luego añadió:
"estos señores están obligados a defender la Constitución y a no escuchar a los políticos ni tomando un café, y hacen todo lo contrario. Yo voté a favor del Estatuto por disciplina de partido, pero ya dije antes y después que no estaba de acuerdo".
Pues, señor Leguina, si no estaba de acuerdo, no haber votado; o, incluso, haberse marchado del PSOE. ¿Tal vez con Rosa Díez? Pues mire, si lo hubiera hecho, si hubiera animado a más gente a hacerlo, igual hubieran conseguido, aunando fuerzas, sacar más escaños en las Cortes Generales, y mire por dónde, hubieran tenido un altavoz más grande para hacer oír su vergüenza y de paso sus alternativas.
¿Sabe qué? A mí no me parece que usted sea mejor que todos esos a los que critica.
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