Están estos días todos los periódicos haciendo especiales sobre el 20 ANIVERSARIO de la "Caída" del Muro del Berlín. En su afán por vender y ganar visitas (la cosa está malita para los periódicos por partida doble: la crisis generalizada que vivimos y la específica de su sector) se han lanzado a hacer todo tipo de publicaciones escritas y multimedia por adelantado, para intentar aprovechar el tirón del fin de semana aún cuando la fecha más significativa es el 9 DE NOVIEMBRE, es decir, el lunes que viene. Ya que fue durante la noche del 8 al 9 de 1989 cuando el muro fue demolido a martillazo limpio.
Y todos, absolutamente todos, incluidos algunos bloggers, repiten como papagayos la manida expresión "
la caída del muro de Berlín". Pues señores, tengo para ustedes una noticia, que tal vez les sorprenda: El muro no cayó, no por su propio peso por estar mal construido, ni por cansancio o agotamiento de estar en pie durante décadas; el muro hubo que derribarlo a martillazos. Fueron años de guerra política al más alto nivel lo que consiguió que el muro pudiese ser derribado aquella noche. Y fueron los golpes de los martillos, los picos y demás herramientas de las personas que sintiéndose libres corrieron a derribar aquella mole ignominiosa que llevaban décadas padeciendo.
La demolición del muro marcó un antes y un después en la izquierda. Los autodenominados "intelectuales" de izquierdas, se rasgaron las vestiduras con la afrenta histórica que suponía el hecho simbólico de resquebrajar el muro a martillazos ante los ojos impresionados, emocionados y cautivos de todo el mundo. La demolición suponía la constatación de lo que medio mundo ya sabía, y el otro medio se negaba a admitir, utilizando para ello todo tipo de engaños, demagogias y manipulaciones: Que la ideología socialista-comunista era perniciosa para la libertad humana y demoledora para el progreso y desarrollo de las personas. A cualquier nivel.
Así que los "intelectuales",
tal como apuntaba ayer en el comentario de mi anterior entrada Natalia Pastor, tuvieron que reinventar la estructura intelectual de la izquierda. No fue difícil. Al fin y al cabo, la izquierda nunca se ha caracterizado por tener una estructura intelectual sólida. Al contrario que el conservadurismo y el liberalismo que sostienen sus posicionamientos en la experiencia y en la ciencia, la izquierda sostiene sus posiciones a golpe de margarita (me gusta, no me gusta, me gusta, no me gusta...). Así que se reagruparon en torno a cuatro pilares: El anticlericarismo (que no tenía nada de novedoso), el feminismo, y el filón del medio ambiente, que pronto convertirían en su nueva religión: El ecologismo radical. Y el movimiento gay.
El anticlericarismo consiste en pervertir el pensamiento liberal que dio lugar a las modernas democracias en una suerte de prejuicios rancios, en un intento de apropiación de lo que ha sido históricamente uno de los logros del liberalismo. Así, lo que pensadores liberales defendieron desde la razón, la izquierda se lo intentó apropiar la izquierda desvistiendo la separación Iglesia-Estado de cualquier argumento y convirtiéndolo en una lucha contra la tradición occidental y por tanto, contra el judeo-cristianismo. Su posicionamiento tradicional propalestino, no es casual.
El feminismo fue otro tanto de lo mismo. Y con otro tanto de idéntica autoridad intelectual y moral. Como suele ser habitual en la izquierda (no me gusta, me gusta,...) pasó de defender un modelo político donde el Estado lo decidía todo y las personas no pintaban nada, a berrearle a las mujeres que eran superiores al hombre y que se liberasen de las cadenas del macho... Y unieron este berreo con los ataques a la iglesia machista y retrógrada y así les pareció que "molaba más"... Por cierto, que la historia del voto universal, que tantas veces la izquierda ha intentado apropiarse (y que con tanto ahínco une al feminismo) tampoco es exactamente así como la izquierda la cuenta. Conviene recordar que el Klux Klux Klan original hundía sus raíces en el ideario esclavista del Partido Demócrata... O que, en el caso de España, la igualdad jurídica hombre-mujer se alcanza por primera vez durante el régimen franquista, que amplió hasta tres veces la esfera de derechos de la mujer. No se alcanzó durante las repúblicas... Sino durante la dictadura franquista. Por sólo mencionar un par de ejemplos de los muchos que se podrían citar a este respecto.
Sobre el movimiento gay, no diré mucho. Bastante dicen los propios interesados. Ahí tienen las cifras de votos en los "barrios gays" del país... Pero eso sí, siempre habrá un Zerolo de turno intentando dar lecciones sobre lo que deben de pensar los gays y lo que "oficialmente" todos debemos suponer que piensan...
Y ¿qué decir del ecologismo? Pues otro tanto de lo mismo del feminismo o el anticlericalismo... Nada novedoso en su origen y mera perversión de algo racional, convirtiéndolo en algo absurdo y pernicioso.
Conviene recordar que ya en 1956 en Inglaterra se aplica un primer control de
álcalis. ¡En 1956! O que en 1972, promovida por la ONU se celebra la Conferencia del Medio Humano...
Pero es igual. Llegan ellos en 1992, acuñan la expresión "desarrollo sostenible", y para el mundo se convierten en los aladides de la preservación del medio ambiente, desarrollando todo tipo de teorías y sosteniendo todo tipo de barbaridades y salvajadas...
Como la que ayer mencionábamos... Porque como su ideario es como el deshoje de la margarita (me quiere, no me quiere,...) pues pueden defender con sectarismo cerril, sin rubor alguno, que hay que preservar el planeta aunque sea a costa de la vida humana, por la que tienen un respeto nulo (aborto, eutanasia,...). Y luego tienen la cara dura de hablar de la crueldad capitalista porque una persona pueda acaber pobre si no lleva bien sus negocios...
¡Pero si ellos defienden matar con plena impunidad a todo aquel que les moleste! Y luego gritan "no a la guerra"... ¡Hay que echarle bemoles, eh!
Pero es normal, porque la izquierda está formada por toda esa gente a la que un día se le enciende la bombilla (y no, no va por el ministrillo de las bombillas de mercurio), y deciden que "otro mundo es posible".... ¿No va a ser? Y otro, y otro, y otro, y otro, y... ¿Y? La cuestión no sólo es que sea posible otro mundo, son posibles millones de mundos, la cuestión es QUÉ mundo, y el que la izquierda propone (que en muchas cosas va cambiando según les dé el aire) es para echarse a temblar.
Es el mundo en el que los regímenes dictatoriales campan a sus anchas, donde las personas carecen de libertad y donde en nombre de valores superiores a las propias personas se pueden matar a 100 millones de personas, o las que hagan falta. Ya la élite "intelectual" determinará, y los demás corearán - "beeee beee" - mientras graciosamente les permitan vivir.
Muchos dicen que la izquierda desde la demolición del Muro de Berlín ha sufrido una degradación moral e intelectual. Yo no lo comparto. Es la misma izquierda que era. Ha cambiado sus excusas, pero el discurso de fondo es el mismo: TOTALITARISMO Y SUPRESION DE LA LIBERTAD.
El discurso de la izquierda tiene fácil identificación. No hay que concentrarse mucho, sólo permanecer un rato en silencio y antes o después se reconocerá la voz firme de la represión: No hagas, no pienses, no digas, NO.
Veinte años después, el mundo sigue teniendo muchos muros: Escuchas ilegales, persecuciones por razón de la ideología o las creencias religiosas, acoso a la familia, imposición de credos políticos, perversión de las instituciones... Y tantos y tantos otros...